29 marzo 2011

Mig Ucci lanza el primer traje antiradiación de alta costura

Tras el notable éxito del calzoncillos con silenciador del otoño pasado, el excéntrico diseñador de alta costura Mig Ucci, vuelve a sorprendernos para esta temporada ajustándose a las tendencias que nos dicen que, por fin, se acabaron los tonos grises y beis, y que la gama de los turquesa se nos viene encima en un baño de cielo y nubes.

Pero claro, la nube de esta temporada que está allá en el horizonte puede ser radiactiva, y es así como Mig Ucci, atento a las nuevas directrices de la moda, presenta esta innovadora propuesta con la que acapara las miradas de miles de hippies adinerados con el primer traje antirradiación de alta costura.

Así es como este traje, confeccionado en una sola pieza, se atreve al estilismo fetiche, y gana adeptos con esa coqueta bata color marisma, con prácticos bolsillos laterales y cinturón sujetador en depeché lapislázuli, y corbata haciendo juego con tonos oscuros, contrastando así en degradé depeché modé.

Pero en colores, no se queda estancado este joven diseñador que explora la paleta cromática en chancletas de corte minimalista, en tonos de la gama de los marrones de apasionado candor, que parecen pegarle cachetadas a las medias deportivas de color negro, que a su vez las miran como diciendo, “¿Quién ha dejado salir a estas chiruzas trendy gestapo new minnetonka?”.

Otra genialidad es la lograda máscara de tipo “esnórquel” (último grito de la moda en Chechenia), con filtro UV, CGT, ABS, EMINEM, y el gorro coya de pura alpaca peruana que reivindica la lucha social latinoamericana frente al imperialismo.

El paraguas, clásico y atrevido, completa pintorescamente este exquisito traje antiradiación, completamente revestido en una única plancha de plomo de 157 kilos y que ya está a la venta en “Desarmadero de coches del Rolo Clauchetti”, abierto de lunes a viernes de 9 a 20, horario corrido, sábados no, salvo que venga a comprar escombro.

18 marzo 2011

INCREÍBLE: APARECE IMAGEN DE LUCIFER EN EL HUMO DEL REACTOR DE FUKUSHIMA

Mis disculpas, pero otra vez me vi obligado a usar el patentado “titular atrapaboludos” para atraer gente a la página. Lo siento por todos los fantasmeros y fanáticos del misterio apocalíptico, pero muchachos, el diablo no existe, es más, si existe lo reto personalmente a que … ¡AHAAAHAHAHAHHAMMMMM! … ¡no no! ¡salí salí, salí de mi cuerpo! ¡Pusghhhhh! ¡Batáfffff! ¡Obama! ¡aghagahga! ¡pará que pica! ¡ratacatatatatatatatá! ¡ahí no te metás! ¡salí, salí rata!.... ¡¿cuánto?! ¡¿veinte mil y papitas Pringles por un año!?...


Gente, la onda es que Satán si existe, y es un pibe copado, él sabe lo que se necesita para hacer de este un mundo mejor. ¡Convertíos ya! ¡Inscripciones abiertas! Nos encontramos el lunes que viene, a la medianoche en la casa de Linda Blair para sacrificar una cabra negra, o si no conseguimos, hacemos un asadito nomás, que es como sacrificar una vaca. Avisen por Facebutt los que van ¡no falten che!...lleven ensalada y vasos.

Bueno, siguiendo con lo que decía, la cosa es que cuando me enteré de todo esto del terratrémol en Japón, la verdad que agradecí ser un hombre de Fe. Yo tengo mucha Fe. También tengo muchas deudas. Y también tengo mucho olor a pata. Pero sobre todo, tengo mucha fe. Es por eso que a lo largo de mi vida fui devoto de muchas religiones: Judaísmo, Evangelismo, Hinduísmo, Submarinismo, Adventismo, Automovilismo, Karate Do, Budismo, Chamanismo, Peronismo, Autismo, Ausentismo, Cristianismo, Paganismo, Travestismo, Zoroastrismo y últimamente le canto alabanzas y mantras a un lavarropas viejo que hay en casa. También me dediqué al Catolicismo, aunque lo dejé cuando el Papa

Ratzinger me excomulgó de la Iglesia en dos ocasiones no consecutivas: una porque fui a misa con un cartel que decía “¡Papa Matzinger fulmina a Megatrón con tu puño cohete”; y la otra cuando me presenté en el Encuentro Mundial de Jóvenes Benedictinos para que me bendiga un calzoncillo manchado con caca que tenía la imagen de Martín Palermo.

Pero bueno, no nos vayamos por las ramas que acá la cosa iba por el tema del terremoto que deschavetó la central nuclear. Y la cosa es que no comparto la visión de los catastrofistas que dicen que va a volar todo a la mierda y vamos a tener radiación hasta en la sopa ¡no señor! ¡yo tengo fe! ¡Sobre todo en la responsabilidad empresaria de la Tokyo Electric Power Co. (TEPCO), que jamás antepondría sus intereses económicos a la seguridad de la planta!

Así que por ese motivo, dejémonos de hacer conjeturas infundadas, y busquemos la palabra de los que saben, de la madre ciencia, fuente de sabiduría y verdad, que escupe y orina sobre las habladurías de la religión. Para eso, contacté con el Dr. Bakuro Puchachagui Matsumoto, titular de la cátedra de Física Nuclear de la Universidad de Tokyo, con quien no pude establecer comunicación, ya que parece que el Doctor Matsumoto, se tomó unas repentinas vacaciones con su familia en la Antártida y abrazó la Cienciología.

Así que ya sin la palabra de la ciencia, recurrí a los otros dos japonenes que conozco, Tararira y Takahara, los dos prometedores actores japoneses que colaboran en las producciones cinematográficas de Con V de Mondiola, quienes aseguran “Etimado Mig San, no sabemo que pasalá con la central nucleal, si eplotalá o no, pelo nosotlos etamo litos pa atajal la ladiación apena salga ¡viva Japón calajo!”.

Si, vos reíte. ¿Pero sabés por qué pasan estas cosas? Porque mordimos la fruta prohibida.¡Estamos jugando a ser Dios, y ahora soportamos la ira del Altísimo!

01 marzo 2011

UN VIDEAZO DE COLECCIÓN: LA CONFESIÓN DEL ENANO TERRORISTA

Corría el 2007 o por ahí en una Argentina que limitaba con Brasil, Chile, Bolivia, Paraguay y Uruguay. Hermes Binner gobernaba en la provincia de Santa Fe, la cumbia villera dinamitaba el pensamiento abstracto y Huracán había perdido 2 a 1 contra Banfield. También hubo tormenta el día anterior, pero después salió el sol, metáfora climática quizá de la acción torpe de estos dos ridículos, que a la hora de la siesta y en la pausa de la jornada laboral, cometían semejantes atropellos contra la cultura general, intentando “cambiar el mundo” con el arte, como John y Yoko, como Andy Warhol, como Gadafi, como la hermana de Soledad Pastorutti, esa que mira como pidiendo que le den agua.

Una de esas barbaridades de la hora de la siesta en el patio de mi casa, quedó registrada en este insulto al cine, filmado con escasísimos recursos y ninguna idea, en el cual estos dos estúpidos intentan generar conciencia social con una escena de fuerte contenido sociopolítico en lenguaje cinematográfico, logrando un resultado tan pelotudo, que sorprendente por su autenticidad y diáfano mensaje. Una escena fuerte, que nos hace pensar, que la imagen no es nada, pero mirá que pedazo de chaqueta morada que tenía puesta ese día.

FICHA TÉCNICA DE “LA CONFESIÓN DEL ENANO TERRORISTA”

Enano Terrorista: Eduardo “Enano” Morandín

Policía pseudoGestapo: MIG

Guardia de seguridad perro marrón: Pampa

Guardia de seguridad perrito negro: Patán

Dirección: El piojo López.

Nota: como el enano apenas si sabe leer, no se le entiende bien el monólogo, así que lo escribo acá, para que entiendan mejor la película.

“Soy un comepiojos y siempre lo he sido. Me gustan tanto los piojos que me casé con uno. Se llama Roberto y no le gusta el Nopucid y le tiene miedo al bwibeiebe. No tengo miedo y puedo demostrarlo, por eso me paso Nopucid en los testículos, porque Nopucid no me irrita la piel. También me gusta comer la caca. Junto caca de la calle, y la hago bolitas… para comerla de noche. Soy un idiota, y quiero irme a casa a hacer el amor con mi piojo.”



18 febrero 2011

Musculoso y muy muy viril bloguero devela el misterio de famosa foto antigua ¿Lo ven al OVNI ahí en el fondo?

“¡Kachau! ¡Kachau!” Dijo el Rayo Mc Queen cuando ganó la Copa Pistón mientras le sacaban fotografías. Y precisamente de eso quería hablar, de las fotografías. Y también de que vino el otro día a casa el “Cobrador del Frac” que se presentó en la puerta y me dijo “Señor Mig, soy el Cobrador del Frac, vengo a solucionar el problema de una deuda”. A lo que respondí “Ajá, yo soy el Moroso de la Escopeta, tres veces internado en el pabellón psiquiátrico neuroide, déjeme ir a buscar algo”. Y cuando volví, el chabón ya no estaba. Pero bueno, como decía, lo importante es lo de la foto, porque, es una sorpresa. Y también mentira, porque no hay OVNI, es un gancho atrapaboludos, porque todos quieren ver un OVNI. Así que no se sorprendan si no ven el OVNI, que en realidad no está, o sea, que no hay sorpresa. Sorpresa, ¡que emoción! Y claro, ¿nos sorprenderemos? Claro que sí, se sorprenderían de ver todo el tiempo que puedo estar así, escribiendo una pelotudez detrás de otra, dando suspense antes de ¡KACHAU! la sorpresa.

Pero no solo del Rayo Mc Queen y de los OVNIs voy a versar hoy, sino de una de las imágenes más famosas de la historia del arte fotográfico “Lunch atop a Skyscraper”, de Charles Ebbets, que en 1932 inmortalizó a esos 11 trabajadores almorzando tranquilamente en una viga de un piso 69 en Nueva York.

Sin embargo, lo importante no es ese prodigio de equilibrio y desprecio por la vida misma, sino el OVNI que se ve en el fondo, ahí, en el costadito…. pará, había decidido que no hay OVNI…, lo importante entonces es lo que trasciende la imagen, el cauce de pensamientos que circunda la estampa férrea de esos obreros descendientes de irlandeses e indios canadienses, porque cuando los opinólogos de turno dicen que una imagen vale más que mil palabras, yo digo ¡la poronga! ¡Lo que importa es la cerveza! Por eso, vengo a presentar así, sin más preámbulos, las conversaciones que tenían lugar entre los diferentes grupitos de obreros, de izquierda a derecha, mientras esta foto fue tomada.

-¿Tira?

-¡Dale dale, que está quemando!

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-Sabés que me salió como una ronchita azul en el pito, abajo del cuerito. Y me pica.

-Te tendrías que lavar Amílcar, no podés dejarlo así. Seguro que te encamaste con la mujer del Ricardo y te pegó algo, si se la dejó caer medio Nueva York a esa. Ponete Merthiolate con un chorrito de Nopucid.

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-¿Ese no es el taper con la comida del Ricardo Pinkerton?

- Seeeeeeee, yo me como su comida y también a su mujer. El “rústico” Sanabria también se la estaba dando estos días.

-“Rústico”, ¿se la pusiste?

-Hasta el fondo.

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- ¿Es cierto que la mujer del Ricardo es tan puta?

-¡Más bien! Fijate que el hijo del medio es morochón y achinado, y el apellido de ella es Weissmuller.

-¡Shhhhhhh! ¡Hablen despacito che!

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-Hola, soy Ricardo Pinkerton, a su servicio.

03 febrero 2011

JOVEN DE ABDOMINALES MARCADOS DENUNCIA QUE LEONARDO DA VINCI TRATÓ DE INVENTAR UNA MÁQUINA DE VIOLAR Y NO LA TERMINÓ PORQUE SE MURIÓ ANTES

Como dijo Peter, “de una flecha, la punta es eso que va adelante”. Y cual saeta certera en el ingenio humano, la vanguardia corresponde a la figura majestuosa de Leonardo Da Vinci.

Sin él, el carpintero no podría atornillar la puerta de la alacena, ni el Capitán Garfio estaría tan contento de haber apuñalado a Campanita con un compás, ni los aliados del 7º regimiento de paracaidistas se hubieran puesto como patitos de feria a tiro de los soldados de las torretas alemanas en la 2ª Guerra Mundial. Sin Leonardo, sencillamente el Rena

cimiento no hubiera sido más que un velorio de vieja, la flecha se hubiera quedado sin punta, sin vanguardia, y hubiera salido para cualquier lado, y envés de pegar en la manzana, seguramente se clavaba en los músculos intercostales del pobre hijo de Guillermo Tell. Sin Leonardo, lo cierto es que la vida hoy como la conocemos sería, ciertamente, muy distinta, y envés de estar rodeados de ondas wi-fi y conduciendo autos que estacionan solos, estaríamos tirándonos caca en la cara como monos.

Sin embargo, tampoco es para tanto. Tampoco para andar diciendo “Uh, si papá, Leonardo Da Vinci, ¡qué hombre por Dios! ¡Con esos bigotazos y ese pelo de poeta soñador!” Tampoco es que el chabón sea una gloria, porque si era tan pistola, entonces ¿por qué se murió? ¿Cómo no se inventó una máquina para no morirse? ¡Groso es Chuck Norris, que se cagó a trompadas con medio mundo y ahí lo tenés, hecho un pibe, con barba y todo, porque él no transa con el sistema y si te señala con el dedo mejor corré, porque te arranca un brazo y se lo come!

Por eso, yo siempre desconfié de Leonardo. Algo no me cerraba en su conducta de pibe bien que no rompe un plato. A mí “no cuadraba el círculo”, y no me refiero al misterio de “la Gioconda” (que, por otra parte, fue revelado hace unos años atrás por el Lic. Amaranto Termidor, colaborador de esta página, quien fue concluyente en su investigación al afirmar que la “sonrisa de la Mona Lisa no estaba correlacionada a fascinaciones alquimistas o reverberaciones místico-teologales, sino que sencillamente, estaba contenta porque le habían prometido un burro si se dejaba pintar, siendo el burro, la mascota más apreciada por las vírgenes doncellas del siglo XV”); sino a la dudosa conducta de Leonardo, que como muchos saben, fue acusado en varias oportunidades de libertino.

Siguiendo esta pista, decidí retomar contacto con Juan y José Macana, la cuadrilla (son dos pero valen por cuatro) de investigadores de Con V de Mondiola, quienes avezados en el arte de la indagatoria, la pesquisa violenta y el robo calificado en nombre de la verdad histórica son, sin dudas, los únicos profesionales que puedo pagar capaces de llevar a buen puerto una investigación de estas características.

Encargado ya el trabajo, hice lo que hace todo hombre que inicia honestamente una empresa: se queda a esperar que otro haga el trabajo y este rinda frutos. Y así fue como, dos meses después, recibo noticias de la pluma de José Macana (él único de los dos hermanos que sabe escribir), quien se dirige a mí persona en estos términos, mostrando la verdad al mundo, le guste a quien le guste:

“Señor Excelentísimo Ilustrísimo Limpísimo e Inteligentísimo Mig:

"Cumplimosraudamente detallando aquí los resultados concluyentes del informe que usted nos encomendara meses atrás. Hemos tardado algo más de lo previsto, ya que a Juancito lo internamos dos días, porque se preparó un Fernet con Yodo Povidona, porque no había más Doble Cola.

En relación al primer punto de la investigación, la respuesta es positiva. Es verdad que los salamines ahora tienen soja adentro, salvo que los compres en el campo, que los hacen como antes, pero los de carnicería, todos tienen más de la mitad de soja.

En cuanto a lo de Da Vinci, la historia concuerda. Es verdad que vivió, pero ya se murió, no sabemos muy bien cuando, pero si quiere se lo averiguamos. Con lo de la máquina de violar, la pegó, usted estaba en lo cierto. Resulta que el “hombre de Vitrubio” lejos está de ser un estudio anatómico de las proporciones humanas basado en los textos del famoso arquitecto romano, sino que en realidad es una máquina para “violar tullidos rubios” (de ahí la síntesis gramatical de Vi-T-Rubio que derivó en la confusión). Pero el asunto parece que es más oscuro de lo que usted pensaba. Ya que no era una idea original de Leonardo, sino un trabajo por encargo. La clave la extrajimos de un fragmento de texto escrito por el propio Leonardo, que mi hermano consiguió haciendo algo que no le puedo contar por respeto a nuestra madre. El fragmento es el siguiente:

“…y es así como queda demostrado que si le ponemos mayonesa, queda más rico. En otro orden de cosas, ya estoy a punto de terminar mi máquina de violar tullidos rubios, a la cual llamaré VITRUBIO, y que me ha sido encargada por el Misterioso Señor X, que no puedo escribir quien es, porque mi vida correría serio peligro, aunque como tampoco soy un cobarde, diré que es un hombre de Dios, como pista por si alguien investiga esto años más tarde, cuando yo ya no corra peligro.

Esta máquina consiste en agregar dos brazos y dos piernas más al Señor X, y meterlo en una rueda gigante que giraría dentro de un cuadrado de chapa de media pulgada que haría de plataforma movible. De esa manera, el Señor X podría violar hasta cinco pibes tullidos rubios simultáneamente, haciendo girar la rueda con unos rulemanes. Las manos son para agarrar más fácil a los pibes antes de que se escapen y llamen a los padres, que es el problema que el Señor X tiene. Las piernas son

por una cuestión de simetría. Cuando la tenga lista, el Señor X me dijo que la va a probar con el hijo del Aristóbulo, que cada vez que muerde una banana, lo mira fijo y le saca la lengua.

Leonardo Da Vinci, Amboise, 1º de Mayo de 1519.”

Así de enigmático es el fragmento, y como nos quedamos con la duda del Señor X, nos pusimos a investigar más a fondo y nos fuimos a la Capilla del barrio y amenazamos con prenderla fuego si el catequista no nos daba el nombre. Resulta que era León X, el Papa de esa época, que financió la máquina diciendo que tenía el poder de Dios, porque era Papa, y que podía curar a los chicos tullidos a través del coito, pero sólo a los rubios, que eran los preferidos del altísimo. Sé que suena fuerte, pero es lo dijo el catequista, nosotros no tenemos nada que ver.

Sin más, esperamos que los resultados le sirvan para seguir luchando contra el crimen. Cambio y juera”.

Atentamente, los Hermanos Macana.

02 febrero 2011

Ajá, si, mirá, acá, de nuevo, se hace el choto, como si nada, y vuelve, y ni una palabra de adonde estuvo, de que le pasó, de por qué lo encerraron en esa clínica, de cómo se fugó, de cómo lo agarraron y de cómo lo largaron con un agujerito en el lóbulo frontal y de nuevo en sociedad, desorientado, aturdido, confuso, con una katana samurái en la mano, una lata de maiz en la otra, y arco con un carcaj de flechas en la espalda, entrando al sepelio de Juan El Huevo, un amigo de la clínica, que murió en un trágico accidente, al caerse de la manija de la heladera mientras practicaba “Helanderismo”, con la intensión de llegar al congelador, para congelarse, “… para cuajarme de manera permanente, como Walt Disney, y ser despertado en un futuro no muy lejano por los científicos de la Comunidad del Huevo, cuando este sea un mundo mejor, donde los huevos podamos ser huevos toda la vida, y no vernos obligados a convertirnos en pollo o en crema pastelera o en huevo frito. ¡Que yo soy un huevo! ¡Mi padre fue un huevo y mi hijo es un huevo! ¡Mi nombre es un huevo! ¡Vivo como un huevo y si muero, quiero morir como huevo! ¡Y claro… todos ustedes me chupan un huevo”, señaló en la nota de su puño y letra, que dejó pegada en un imán en la heladera. Fuertes, fuertes y confusas palabras.

Así que eso, que entré en el velorio después de la lobotomía y con el papelito en la mano que decía que ya está, que ya no soy un peligro para la sociedad ni para mí mismo, ni para la señora esa a la que le tiré con un parlante desde el balcón (disculpe doña, pero con ese sombrero la confundí con el Papa), y me puse a pensar en lo de siempre, en los misterios insondables de la vida, en los ovnis, en la malla roja que usaba Chetara en los Thundercats, en el secreto de que el bizcochuelo “levante”, y sobretodo la insoportable levedad del huevo de cáscara blanca, marroncita o verde celestón, que, inexorablemente, dejará su burbuja de líquido amniótico, donde es feliz rodeado de sí mismo, en un abrazo magistral de la existencia gelatinosa, lo que para nosotros, los humanos mortales y efímeros, es algo así como dormir la siesta en invierno, abrazados al perro y con lluvia golpeando en el techo de chapa.

Pero bueno, se murió ese huevo, Juan El Huevo y todos estábamos tristes en el velorio, aunque siempre te encontrás con uno y con otro, y claro, salen los temas de siempre, los tópicos de interés general, como Información y Comunicación: ponele cincuenta de soda y cincuenta de vino” ó “Silvio Berlusconi: anverso, reverso y cayó de canto de una misma moneda”. Pero bueno, la cosa es que el velorio terminó y salí pa las casa, así que me calcé mis Reebook Traintone y me fui prudentemente hasta mi chalé, con la intención de no hacer

ruido al llegar, para no despertar a la mujer foca, que claro, con todo esto de la internación y demás, no quiere que salga de noche, y claro, tratando de evitar el chirrido de la puerta de entrada, decidí pasar por el patio del vecino y entrar por el fondo, pero claro, el aire fresco de la noche me había entumecido el aparato musculoesquelético y me patiné y caí.

De un salto me levanté, enloquecido por la ira y la humillación, (y quizá un tanto excitado por la media copita de cognac que había probado en el velorio por insistencia de la viuda), me saqué el arco y le empecé a tirar flechazos a una planta de naranja lima que el tipo tiene el patio, mientras rojo de ira gritaba “Bajate Totoca, bajate de ahí que te vas a caer!”.

Y claro, el vecino se despertó y desesperado me empezó a gritar que me iba a denunciar, que yo estaba loco, que me “VOLVIERA A MI PAIS”.

Ah no, eso no papá. Yo la crítica constructiva la encajo bien, pero no la xenofobia. Que yo estuviera borracho con una disparando flechas alucinado al árbol de su patio no es justificación para que el chabón se haga el pistola y me trate de indocumentado, no señor. Pero bueno, hay que poner la otra mejilla, así de ingrato es el mundo. Igual, capaz que me había pasado un poco y decidí irme y desaparecer por un tiempo prudencial, así que antes de irme, en una maniobra histórico-defensiva, sólo atiné una tímida y enigmática defensa diciendo “Si Tupac Amarú y Shaka Zulu se agarrarían a piñas, gana Tupac porque es un chabón pulenta. Y después se va a cenar con Shakira y Piqué, porque son wakamigos”.

Bien, la cosa es que no sabía donde ir, así que decidí pasar de mis amigos, las tortugas ninjas, a quienes conozco desde antes de la transformación mutante. La cosa es que pasé por ahí buscando cobijo y justo estaban Donatello, Rafael y Leonardo.

Bueno, ya habrán adivinado, yo soy Miguelángel, el cuarto tortuga ninja. Y puedo probarlo. Acá nos sacamos una foto todos juntos. Yo soy el que está disfrazado. De todas maneras, de vez en cuando hago una changuita con ellos y me pongo el caparazón. Pero anoche era noche de loca, de esas que dan para ver que onda así que les dije “Turtles, come on, go to destroyer the nigth” y salimos de fiesta.

Recordando viejasépocas, nos fuimos a casa de April y como no estaba (hacen un curso de reparación de televisores con el Maestro Splinter), nos fuimos a comer unas pizzas y a tomar ferné. Lamentablemente, Donatello, así calladito como lo ven, es una tortuga de mal beber y cuando se chupa un poquito, se altera y le pinta el bardo. Y yo no sé bien que onda, pero en eso el mozo le vuelca un mínimo de ferné en el caparazón y Donatello se puso como loco, se levantó, le hizo un bakuro puchachagui en el mentón y le entró a dar con el palo ese que lleva. Encima Rafael, que le gusta el quilombo

como loco, sacó una daga, se la puso en el cogote a una moza y amenazó “Denme la guita o acá salen todos sangrando. ¡Podeeeer Tortuuuuuga!”. Mientras tanto Leonardo, que es un tipo al que el alcohol le pega bien, estaba subido arriba de una de las mesas, cantando una versión hardore de “A tomar el té” de Nino Bravo.

Como estaban las cosas, todo se iba a poner feo. Por suerte, llegaron los Mossos d´esquadra y pararon el quilombo. Como somos famosos, no nos arrestaron,

fue un simple llamado de atención. Ahí las tortugas se fueron a dormir y bueno, a mi me agarraron ganas de escribir de nuevo a ver que onda, ando medio oxidado, pero bueh, ya va a mejorar.

03 noviembre 2009

AH MIRÁ, DESPUÉS DICE QUE NO TIENE PLATA

Queridos hermanos, me salió un viaje relámpago a Roma, a la casa de Mónica Bellucci que se le rompió el inodoro. Para que se entretengan les dejo un clásico post de Con V de Mondiola que capaz que no conocían o capaz que sí, o capaz que sí pero no se acordaban y dicen "ah, mirá, yo no me acordaba el final" o capaz que dicen "si, ponete así que me hacés mal la rodilla, ahí, bárbaro, quedate quieta", o capaz que no dicen nada, que se yo, ya me perdí. La cosa es que les dejo un repe hasta que vulva... hasta que vuelva.


LA TERRIBLE MALDICIÓN DE CACHO CASTAÑA
No sé que música escucharán ustedes (supongo que Richard Clayderman o música de películas como los cazafantasmas), pero yo, dentro de mi variadísimo abanico musical, escucho a un ícono nacional, el magnífico Cacho Castaña. Y así estaba el otro día, tirado en el sofá con las patas sobre la mesita ratona, escuchando “Cacho de Buenos Aires” cuando, precisamente al finalizar el tema “Septiembre del 88”, la contestadora me dice con su voz digital: “Usted tiene un mensaje nuevo”.

Fui a ver los mensajes y tenía varios:
Mensaje 1: “Hola, lo llamamos para avisarle que nos debe ya 6 cuotas del tv de plasma...”
Mensaje 2: “Hola, me llamo Carmen y estoy juntando fondos para conformar la Asociación de Remiseros de Paraná. Si usted quiere colaborar comuníquese con el ... ”.
Mensaje 3: “Somos dos gemelas hermanas bisexuales que incluso lesbianeamos entre nosotras y nos gustaría pasar un mes recontra hot con vos haciéndote el amor día y noche”.
Mensaje 4: (con la voz de Cacho Castaña “¡Cagaste, pibe!”. Uhhhhhhhhhh.

Ahí me acordé de algo que me heló la sangre. Una historia que escuché de chico que decía que ese disco estaba maldito, y que cuando terminaba la canción “Septiembre del 88”, cuando terminaba, recibías una llamada de un tipo con la voz de Cacho Castaña que decía “¡Cagaste, pibe!” y desde ahí te empiezan a pasar cosas malas durante 7 días, hasta que ese séptimo día, tocan a tu puerta, abrís y aparece Cacho Castaña en persona que te clava un cuchillo en el corazón mientras entona “La gata Varela”.
Lo peor de todo es que sólo hay una manera de zafar de la maldición: someterse a los arbitrarios deseos de la torrentosa líbido de Cacho Castaña.

Proceso de investigación telefónica promovido por el susto.
Resultado: ¡DOCUMENTOS DESGARRADORES!
¡Testimonios Reales de malditos por Cacho Castaña!


Mariana, del Barrio Sur
“Yo escuché Septiembre del 88 cuando estaba embarazada de nueve meses. Justo cuando terminó el tema recibí una llamada de Cacho Castaña, y aunque lo quiero mucho, me asustó por que me dijo de todo. Al toque tuve mi nena, pero nació en coma 4 irreversible. Pero por suerte, cuando vino Cacho, envés de matarme, me hizo una propuesta y como me gusta tanto que no me pude resistir y me libré de la maldición y ¡fue un milagro! Mi beba no sólo se recuperó sino que además empezó a hablar inglés, italiano y francés. Es creer o reventar”.

Mariano, del Barrio Norte
“Una vez escuché ese tema mientras me trataba de sacar un ojo de gallo y cuando terminó la canción me llamó Cacho Castaña en persona para putearme. Al otro día vuelvo del trabajo y mi mujer me estaba engañando con mi mejor amigo: mi perro Toby. Fue un golpe durísimo. Fui a un bar y me emborraché, cuando salí, manejando borracho, choqué a un senador nacional y lo dejé cuadripléjico. Me mandaron en cana y ahí me sometieron sexualmente unos catorce presos del Pabellón 7, e hice el amor con otros cinco porque eran muy amables. Por esos días vino Cacho Castaña a golpear la reja de la celda, con cara de pocos amigos. Y bueno, por uno más. Ahí rompí la maldición y todo se solucionó porque resulta que el senador nacional que atropellé en realidad era un extraterrestre infiltrado en el mundo de la política para promover una invasión alienígena. Salvé al planeta, me dieron una medalla, medio millón de pesos, y una noche a pleno con la presidenta Cristina para olvidar todo lo que me pasó en la cárcel”.

Alberto Pachinoteikos, Manhattan
“Yo, como todo descendiente de griegos era un hombre sin eskrópulus y no me importaba nada de nada, así que cuando me enteré de esa maldición de la canción “Setiembre del 88”, la escuché a propósito para ver que pasaba. Y era verdad nomás, justo después de la canción me llamó un tal Cacho Castaño para decirme que había cagado. No le di bola, pero desde esos días mi buena estrella me abandonó y me pasaron cosas como éstas: un grandanés se comió a mi cocker, tuve leucemia cuatro veces en dos semanas, me crecieron seis dedos en la espalda, una banda de yakuzas me perseguía porque les debía plata, después la deuda la tenía con la mafia rusa y me atacaron tres tigres que se escaparon del “Centro de Adiestramiento en Violencia Extrema y Artes de Guerra para Tigres con Problemas de Conducta”.
Cansado de tantos males, desesperado, hice de tripas corazón y decidí ceder a los deseos de Castaño. ¡Y Santo Remedio! Al toque me empezó a ir bien y me convertí en estrella de Hollywood. Ahora me conocen como Al Pacino”.

Después de escuchar toda estos testimonios, me di cuenta que sólo hay una salida: confundir a Cacho Castaña. Así que armé un muñeco lo más parecido a mí posible, para que el reciba la descarga viril de Cacho Castaña. En caso de que eso no funcione, a no preocuparse, porque tengo un Plan B, tal como se ve en la foto. “Andá cantarle a Magoya, Castaña”.