15 junio 2006

Acá está el efebos de mañana...

Y aquí vuelvo junto a mi pueblo, una vez más, luego de dos semanas angustiantes de cautiverio inhumano, oprimido el pecho por el sinsabor del encierro y el nervio ciático por una hernia de disco. Ustedes saben, yo soy como un tigre de Bengala, hermoso, sensual, orgulloso y tufiento...

Hello botijas, sepan algo: No es lo mismo una niña en el Canal de la Mancha, que una mancha en el canal de la niña. ¡Uh! ¡Tanto tiempo! Estuve enfermo y pensé que me moría, pero no, al final era nomás que todavía me queda una larga vida por delante... eso sí, cargada de un sufrimiento indecible y un agobiante dolor en la pierna; pero bueh...

Bien, vamos a arrancar con lo nuestro hasta el fondo. ¿A ver, a ver, que pasó por aquí en mi ausencia?... Uh, mirá lo que encontré: “La Iglesia cede ante el poder de la publicidad”. ¿Y esto? ¡Callad, blasfemo!
Así es señores, no es invento mío, esto salió en Clarín, así que esta vez no me pueden echar la culpa de nada. La cosa es así: “a cambio de dinero para conservar los templos más antiguos, Roma permitirá que algunos anunciantes destaquen sus carteles entre los relieves de Leonardo o los frescos de Tiziano, en la Basílica de San Antonio de Padua”.

Ah, qué bonito, mirá vos, vil publicidad comercial en una iglesia. Esto me escandaliza señores. Digo, ¿acaso en el Vaticano no hay morlaco suficiente como para mantener la infraestructura de los templos?. Qué hacen con la plata ¿se la fuman en la fumata blanca? ¿la tiran para arriba y la agarra Dios?

Bien, la cosa es que la mano negra de la publicidad ya no respeta nada. De todas formas un tal Gianni Berno, presidente de Veneranda Arca (esa es la asociación que administra los fondos, mirá que apropiado el nombre) dijo que “la publicidad interior será discreta para no molestar a los visitantes que se acercan a la iglesia para rezar o ver la tumba de San Antonio, los relieves de bronce de Donatello y los frescos de Tiziano”. Sin embargo, que haya publicidad dentro de una iglesia no deja de ser medio raro e incluso, puede llevar a nefastas situaciones. Imaginemos el siguiente escenario:

“A Giusseppe lo dejó su mujer. Su mujer se fue con su mejor amigo. Entre su mujer y el mejor amigo le sacaron todo y lo dejaron en la calle. Giusseppe está desesperado. Se derrumba. Tiene los bolsillos vacíos y el corazón roto. No tiene amigos ni cueva donde esconder el ratón. Sólo le ha quedado su fe. Giusseppe se siente mejor y piensa “Orando me repondré y saldré adelante”. Giusseppe va a la Basílica a rezarle a la tumba de San Antonio de Padua. Giusseppe ruega por un hogar que lo cobije. Termina de rezar, se levanta y tiene enfrente un tremendo cartel del Banco Hipotecario Italiano que dice “Haga realidad sus sueños. Los santos disponen, nosotros ponemos”. A Giusseppe se le ilumina el rostro. Giusseppe ve una luz de esperanza. Giusseppe cae como mosca en la sopa. Se enreda en un crédito hipotecario por 60.000 euros, a una tasa anual del 8.4%. Giusseppe no consigue laburo. Giusseppe termina preso por no pagar el crédito”.
Otro que alzó su voz con respecto a este tema es el cura Cesare Contarini, quien al menos mostró sensatez y decencia. "No hay mucha distancia entre una publicidad de un banco y una de comida o trajes de baño. No faltará mucho para que lleguen las publicidades de bikinis a las iglesias". Yo sé que esto da para más, pero lo voy a dejar acá, porque si no me engolosino y después me persigue la inquisición, que ya bastante me rompe las pelotas.

Siguiendo con las pavadas, resulta que ahora hay un nuevo juguete en el mercado. Se trata del Police Set, un singular producto importado que viene con una picana a pila, que produce una descarga de corriente eléctrica al accionarlo. También incluye un revólver con silenciador, un silbato y esposas metálicas con llaves. La cosa es que miles de padres escandalizados hicieron un bardo tremendo en la Defensoría del Pueblo de la Nación para que retiren el juguete del mercado. La verdad, me da la impresión que no es para tanto. No sé que onda la descarga de la picana, pero no creo que sea 220V, y todos sabemos que lo que no te mata, te hace más fuerte; por eso yo cada tres o cuatro años trato de tener un accidente, así me fortalezco y crezco sanito. Bien, la cosa es que los padres (que ahora son todos Ser Padres Hoy) llamaron a este juguete “basura antididáctica”, porque dicen que “condiciona los actos de sus hijos”. Señores padres, tienen razón. Dejenmé contarles una historia real: “Cuando yo era niño mi mami y mi papi no tenían plata para comprarnos juguetes a mis tres hermanas y a mí. Entonces, como yo era el más pavo, me regalaban cajas de zapatos o zapatos viejos o ranas muertas, mientras que a mis hermanas les regalaban muñecas. Así fue durante muchos años, hasta que descubrí que yo también podía jugar con las muñecas. Un buen día, agarré un Barbie platinada, una Yolly Bell y una Stacy Malibú, las acomodé en la cama de mis padres y ahí nomás tuve relaciones sexuales con ellas. Eso me marcó para toda la vida y ahora, de grande, me convertí en un “hombre al que le gustan las mujeres” convirtiéndome en un perfecto anormal, todo por culpa de las muñecas. Si me hubieran comprado un muñequito de He-Man, capaz que le agarraba el gusto a la tricota”.

No hay comentarios.: