18 febrero 2011

Musculoso y muy muy viril bloguero devela el misterio de famosa foto antigua ¿Lo ven al OVNI ahí en el fondo?

“¡Kachau! ¡Kachau!” Dijo el Rayo Mc Queen cuando ganó la Copa Pistón mientras le sacaban fotografías. Y precisamente de eso quería hablar, de las fotografías. Y también de que vino el otro día a casa el “Cobrador del Frac” que se presentó en la puerta y me dijo “Señor Mig, soy el Cobrador del Frac, vengo a solucionar el problema de una deuda”. A lo que respondí “Ajá, yo soy el Moroso de la Escopeta, tres veces internado en el pabellón psiquiátrico neuroide, déjeme ir a buscar algo”. Y cuando volví, el chabón ya no estaba. Pero bueno, como decía, lo importante es lo de la foto, porque, es una sorpresa. Y también mentira, porque no hay OVNI, es un gancho atrapaboludos, porque todos quieren ver un OVNI. Así que no se sorprendan si no ven el OVNI, que en realidad no está, o sea, que no hay sorpresa. Sorpresa, ¡que emoción! Y claro, ¿nos sorprenderemos? Claro que sí, se sorprenderían de ver todo el tiempo que puedo estar así, escribiendo una pelotudez detrás de otra, dando suspense antes de ¡KACHAU! la sorpresa.

Pero no solo del Rayo Mc Queen y de los OVNIs voy a versar hoy, sino de una de las imágenes más famosas de la historia del arte fotográfico “Lunch atop a Skyscraper”, de Charles Ebbets, que en 1932 inmortalizó a esos 11 trabajadores almorzando tranquilamente en una viga de un piso 69 en Nueva York.

Sin embargo, lo importante no es ese prodigio de equilibrio y desprecio por la vida misma, sino el OVNI que se ve en el fondo, ahí, en el costadito…. pará, había decidido que no hay OVNI…, lo importante entonces es lo que trasciende la imagen, el cauce de pensamientos que circunda la estampa férrea de esos obreros descendientes de irlandeses e indios canadienses, porque cuando los opinólogos de turno dicen que una imagen vale más que mil palabras, yo digo ¡la poronga! ¡Lo que importa es la cerveza! Por eso, vengo a presentar así, sin más preámbulos, las conversaciones que tenían lugar entre los diferentes grupitos de obreros, de izquierda a derecha, mientras esta foto fue tomada.

-¿Tira?

-¡Dale dale, que está quemando!

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-Sabés que me salió como una ronchita azul en el pito, abajo del cuerito. Y me pica.

-Te tendrías que lavar Amílcar, no podés dejarlo así. Seguro que te encamaste con la mujer del Ricardo y te pegó algo, si se la dejó caer medio Nueva York a esa. Ponete Merthiolate con un chorrito de Nopucid.

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-¿Ese no es el taper con la comida del Ricardo Pinkerton?

- Seeeeeeee, yo me como su comida y también a su mujer. El “rústico” Sanabria también se la estaba dando estos días.

-“Rústico”, ¿se la pusiste?

-Hasta el fondo.

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- ¿Es cierto que la mujer del Ricardo es tan puta?

-¡Más bien! Fijate que el hijo del medio es morochón y achinado, y el apellido de ella es Weissmuller.

-¡Shhhhhhh! ¡Hablen despacito che!

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-Hola, soy Ricardo Pinkerton, a su servicio.

1 comentario:

Chicote dijo...

MIG!!!

la rmil putisima madre!!!

juro que hice un asado en honor a su memoria, aceptando que habia dejado de existir!!
que coños le paso!!
ya lei algo peroooo......