28 julio 2006

SIN MÁS PREÁMBULOS...EL EFEBOS DE LA SEMANA...

Y después dicen que hay que cuidar al planeta y a sus animalitos y mientras tanto las vengativas langostas no se aguantan una pequeña broma (la tala indiscriminada de árboles y la completa destrucción de su hábitat natural) y ahora salen a cortar la luz en los centros turísticos del país en un claro “operativo malaonda”conocido como el “Ataque de la tucura quebrachera, la venganza de la langosta en celo que te voltea”.

Esto es una barbaridad y debería de ser ilegal, porque mientras nosotros (la humanidad) nos rompemos la cabeza intentando salvar a los osos pandas de la extinción, creando reservas naturales para los castores hermafroditas de Namibia o incentivando a los científicos a revivir dinosaurios; la Madre Naturaleza no se da por enterada y mirá como nos paga, con terremotos, maremotos, erupciones volcánicas, embotellamientos, Menem, impuestos, globalización, internet lenta, y lo peor de lo peor, el ataque de las tucuras quebracheras. Así no se puede che, ¿qué gracia tiene ser la especie dominante del planeta si al final siempre salimos perdiendo? No quiero levantar un dedo acusador ni entrar en juicio de valores, pero me da la impresión que la culpa de todo la tienen los de Greenpeace, que se ponen del lado de la ecología cuando podrían estar ganándose honestamente el pan trabajando en una papelera en Fray Bentos o laburando en una central nuclear. Un mensaje para los capitanes de los balleneros japoneses: cuando los de Greenpeace se les pongan enfrente con las lanchitas, atropéllenlos nomás, que total están en aguas internacionales y ahí se puede hacer de todo.

Bueno, sigamos con lo nuestro. ¿La tienen a Natalie Portmann? Es esa flaquita que hace de Padme Amidala, reina de Naboo (el país de origen de Osvaldo Laport) en Stars Wars. Bueno, la cosa es que esta minita andaba afilando con Gael García Bernal (el que hace de Ernesto “Che” Guevara en “Diarios de Motocicleta”), que a su vez se vino a la Argentina a meterle el pollo en el horno a Dolores Fonzi (que laburaba en Verano del ´98). El tema es que, ni lerda ni perezosa, Natalie Portmann intuyó que le estaban haciendo la bicicleta y se vino un toque para Buenos Aires a ver que pasaba. ¡Y ahí lo encontró a su picaflor en brazos de Dolores Fonzi! Porsupollo, se armó un escándalo de aquellos y la pobrecita Natalie no tuvo más opción que salir de ahí llorando desesperada. Pero la cosa no terminaría allí, porque en su errático peregrinar, la famosa actriz se subió inconscientemente a un bondi de la linea 60 bis, que finaliza el recorrido detrás de la cancha de Nueva Chicago, donde precisamente se baja Natalie al momento de que la barrabrava de la legendaria entidad deportiva se había reunido en la sede social a jugar backgamon y tomar un tinto con sustancia. Como se imaginarán, la atendieron como a un verdadera reina y la Portmann, chocha de la vida, se quedó con ellos a vivir ahí en la sede social. Dicen que atiende la cantina de la sede y que te vende las fichas del pool. Yo no la vi, pero mis espías dicen que está un tanto desmejorada, tal como lo corrobora el documento gráfico que me enviaron.

Okey. Vamos ahora a hablar del mundial, aunque ya terminó. Quizá recuerden que todos los periodistas deportivos decían que Ronaldinho era una porquería de jugador y que al final no era para tanto y que no jugaba tan bien como se decía. Bien, tal parece que el bajo rendimiento deportivo del crack brasileño se debía a que también se dedicaba a la gastronomía, porque según un informe del diario The Sun, Ronaldinho se escapaba de las concentraciones para ir a meterle el pollo en el horno a la modelo francesa Alexandra Paressant, tremendo camión con semirremolque y malacate. Qué me decís, miralo al chabón. Siempre lo dije, es muy importante tener una moneda en el bolsillo cuando vas de levante, sobre todo si tenés esa cara. No hay con que darle, billetera mata galán...

Miren esto que interesante: Una mujer de Illinois, Estados Unidos, demandó a su madre por negligencia, luego de fracturarse el tobillo al resbalarse en la vereda de la casa de ésta y le solicitó un resarcimiento económico de 140 mil dólares por los gastos médicos y lucro cesante. Mira vos che, no sabía que era posible esto. ¡Agarrate mami!, porque ahora me voy a cobrar todas las que me hiciste intentando deshacerte de mí, como aquella vez que me llevaste al campo y me hiciste creer que las víboras yarará te daban caramelos. Nos vemos en la corte.