GUIA PRÁCTICA PARA DETECTAR CONDUCTAS MARACAS Y UN ESPECTACULAR TEST DE SEXUALIDAD

Voy a ser sincero. El otro día comí flan casero. El problema es que estaba hacía un tiempo bastante largo en la heladera y me cayó mal. Eso me obligó a alejarme de mis tareas laborales por unos días, en los cuales me la pasé tirado en el patio, con una tucumanita que conocí, meditando y comiendo mandarinas. Fue así, en mitad de mi abstracción, que me dije “Miguel, aprovechemos el tiempo y resolvamos algunos de los grandes misterios del universo”. Así fue como me planteé los siguientes interrogantes: ¿qué llevan las hormiguitas en su espalda? ¿cuánto se gasta una suela de zapato en una caminata acelerada de un kilómetro? ¿cómo detectar a un maricotas analizando su comportamiento?
Considerando que, de las tres líneas de pensamiento propuestas, la última era la más interesante por el carácter social que lleva implícito, decidí analizar esta, mientras pelaba una mandarina. Así llegué a la conclusión de que en las “avecillas del paraíso”, existe una conducta previa e inocultable que se manifiesta en la vida cotidiana. Es así que la consecuencia lógica de mi deducción se manifestó como un guía práctica para tener en cuenta en diversas situaciones y poder detectar así potenciales conductas “arañapaquetes” en quienes nos rodean.
También descubrí que no es bueno comer mandarinas cuando uno anda flojo de vientre. Menos mal que la tucumana es gauchita. Acá les dejo la guía práctica y allá bien abajo, mi maravilloso “Test de Sexualidadidad Patentado del Míguel”:

Nutrición
Todos sabemos que el alimento natural y equilibrado de cualquier hombre viene de la parilla, del horno, o de la freidora. De ahí para abajo, hay que desconfiar. La clave está en las golosinas. Si un hombre va al kiosco y pide un alfajor no hay mayores problemas. Ahora, si se pide un paragüitas o un pico dulce, entonces hay que andar con pie de plomo.

Higiene corporal
No está científicamente comprobado que ser roñoso genere problemáticas en materia de salud. Es simplemente, un convencionalismo social inútil y elitista, como la prohibición de circular con armas de fuego colgadas de la cintura. En tal sentido, el hombre es una máquina autosuficiente en materia de higiene, que sólo debe someterse al baño, cuando la mugre es tal, que provoca serias dificultades para conseguir una hembra fértil para llevar adelante el milagro de la procreación. Es así, que por la continuación de la raza, es aceptable un baño polaco (bolas, culo, sobaco) o una duchita rápida. Ya pegarse un baño diario suena a “modelito de Pancho Dotto”, y llenar la bañera con sales y jabón líquido, es propio de patinadora quinceañera.

Deposición de desechos orgánicos
En lo que respecta a la micción, un verdadero hombre prefiere la libertad de orinar bajo las estrellas y no la falsa protección de un baño. Además, debe orinarse, al menos dos veces por semana en el patio, para marcar territorio.
En lo relativo a lo segundo, un rasgo que caracteriza al macho argentino moderno, es que va de cuerpo donde la fatalidad lo alcance, asumiendo la urgencia con actitud estoica y la frente en alto. Ya sea en la zona urbana o en el campo, el verdadero hombre debe de estar dispuesto a enfrentar la situación. Quien nunca ha experimentado la adrenalina de avistar un jabalí con los calzoncillos abajo no sabe lo que es ser un hombre. Tampoco aquel que no va visto pasar, con el alma en las manos y los ojos regados en lágrimas, a su novia caminando por el medio de la plaza, de la mano de otro caballero, y uno imposibilitado de actuar, mordiéndose la rabia debido a las incongruencias del destino. Cosas así te marcan, te hacen hombre.

Tiempo libre & Deportes
En este punto se entenderá como “tiempo libre” ir de pesca. En este sentido, la actividad pesquera masculina promedio, podría resumirse de la siguiente manera: diez amigos, luego de festejar la victoria de su equipo con un barril y seis cajas de ferné, deciden ir a pescar, de noche. Llegan al río, suben a la canoa “Las gomas de la Sarli”, agarran las redes mugrientas del vecino y las tiran al agua. Incluso algunos osados, deciden ir ellos mismos a capturar a los esquivos hijos de Poseidón. La consigna aquí es “vamos todos y volvemos algunos”. Ahora, si te gusta ir a pescar el domingo a la tarde, en auto, a la orilla del Salado, con los tapercitos con la vianda, las sillitas, la mesita y las sanguijuelas en una bolsita, sin correr el mínimo riesgo, eso es de nenas y avecillas del paraíso. En cuanto a los deportes en general, para un verdadero hombre sólo es aceptable el fútbol.

Mascotas
Las únicas mascotas aceptables para un hombre son las siguientes: yarará, cóndor andino, caimán o perro, siendo esta última la más común en esta zona. Sin embargo, con tener un perro no alcanza, ya que este debe tener ciertas características, como ser grande, sucio y malo, habituado a romper las plantas de los vecinos y tomar agua del inodoro, retrete o letrina. Además, quedan exceptuadas todas las razas maracas por naturaleza (los perros chiquitos que hacen mucho ruido) y que necesitan de papeles para servir para algo.
También los nombres ayudan a develar la orientación sexual de su dueño. Por ejemplo, si el perro se llama Devastador, Sandokán, Conan, Rambo, Tigre, Pampa, Cinturón de Destrucción, Bruto, Patán, u otros del mismo tenor, no hay de qué preocuparse. En cambio, nombres como Toby, Orión o Nicky, por ejemplo, son extremadamente dudosos y revelan al menos un cierto desbalanceo en su dueño. Eso sí, ya ponerle “Pom pom”, “Lulú” o “Mimí”, es de maraca irreconciliable. En lo que respecta a la alimentación del perro, un perro come lo que se cae al suelo o lo que desentierra. En cuanto a su higiene, ya es grande y se arregla solo.

Equipos de telefonía móvil
El lenguaje universal del hombre es la violencia. O los cascotazos. Lamentablemente, las legislaciones vigentes prevén pena de 5 a 10 años de prisión para quien utilice ese lenguaje. Es así que se ha optado por la palabra, lo cual sigue siendo muy masculino de todas formas, porque tranquilamente se puede hablar a los gritos. Pero cuando alguien esta tan lejos que los gritos no alcanzan, son necesarios otros recursos. Ya nuestros indios (ejemplo de masculinidad) prendían fuego a los menos agraciados de la tribu y los usaban para hacer señales de humo y comunicarse con las hembras de otras tribus. Luego, tecnología mediante, aparecieron el telégrafo, los teléfonos y, ahora, los celulares, los cuales también sirven para determinar el grado de masculinidad. Por ejemplo, si el sujeto adquiere un teléfono celular cada seis meses, e insiste en tomarte para hacerte él mismo un book erótico, hay que entrara a desconfiar, porque es probable que estemos ante un chuchi cualquiera. En cambio, no hay problemas con aquellos que se manejan con el Sony Ericsson T290 o Nokia 1100, un celular noble, digno de Belgrano o San Martín. Ah, si usa celular con tapita, un análisis freudiano revela que el sujeto “oculta algo”. Bien podría ser su homosexualidad.

TEST DE SEXUALIDAD PATENTADO DEL MÍGUEL

Mire directo al espacio entre ambas fotos. Si la mirada se le inclina a lo de la chica, está todo en orden. Si se inclina para el lado de los Hermanos Mutombo, usted es un chuchi. Si mira para los dos lados, usted es binorma como Harry Potter.