26 diciembre 2008

Joven y atractivo periodista se calienta porque no tuvo regalo de Navidad y pone en jaque a Greenpeace solicitando una lancha con dos motores


Yo para navidad quería una lancha. Pero no me la regalaron. En realidad, no me regalaron nada. Yo sé que nadie tiene la culpa, ni Papá Noel, ni Batman, ni nadie, pero me siento miserable. Necesitaba hablar de esto con alguien, así que me dirigí a los aposentos de mi madre (¡Mi Santa Madre!), y le hablé de mis sentimientos. Lamentablemente, y como ya ha pasado en otras ocasiones, mis emociones sólo importunaron a mi madre: “Mirá basura –me dijo- , si alguien te regala algo, mejor que sea aceite de motor, así te lo tomás y te cagas muriendo de una vez por todas y dejás de arruinarnos la vida a tu mujer y a mí”.
Ofuscado, me acerqué a mi esposa, la también llamada mujer-foca, quien estaba peinando su bigote a lo Charles Bronson, mientras mascaba tabaco. Apelando al amor que nos unió, le desnudé mis sentimientos. Una escupida de tabaco en mi remera fue su escueta respuesta.
Tanta soledad, tanto desamparo, me han empujado a la desesperación, y como no tengo más opción, tengo que llegar a esto. Así que mirá Greenpeace, yo sé que vos hacés un montón de cosas por el planeta. Pero yo también, y no por eso me ando haciendo el galán y le digo a todos que tengo un montón de barcos, mientras que yo no tengo ni una lancha.Así que si querés hacer de esto algo personal, está bien, vos te la buscaste. Te voy a contar algo: el otro día mi madre se encontró dos pichones de paloma y ahora los está criando en casa y los tiene en una cajita. Creo que ya vas entendiendo. Yo no tengo lancha, vos tenés un montón, vos querés salvar a los animalitos, yo tengo dos palomitas. Te la voy a hacer corta: o me das una lancha negra de esas con dos motores, o le doy las palomitas al Pampa y a joderse catalina. Tenés hasta año nuevo. Puto.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Así se habla.

Anónimo dijo...

Pedi mas loco, ya los tenés agarrados de los huevos.

mig dijo...

Querido Greenpeace, hoy estaba haciendo yoga y casi mato a uno de los pichones sin querer, porque se me acercó a la pata, y pensando que era una mosca, le pegué un manotazo y creo que le hice pelota el ala. Fue sin querer, no cuenta como tortura, pero te aviso, la lancha no llega, y pampa tiene hambre... todo está en tus manos...forro.