31 enero 2008

Perro Loco Macoy* dice que su hijo le dijo que la Belluci finge orgasmos en "Matar o Morir".

*Crítico Matriculado de Cine y Biólogo Marino.

Hola amiguitos, nuevamente estoy por aquí para hablar y entender de cine. Hace mucho que no vengo porque estuve un tiempito en la gayola (sí sí, resulta que ahora hay una ley que prohibe escribirle con una llave el auto al vecino), pero ya estoy libre por buena conducta, aunque no puedo abandonar la ciudad y un oficial de libertad condicional me acompaña a todos lados. Bien, vamos a laburar, porque el patrón me pidió que les cuente la última película que ví, que se llama Matar o Morir, protagonizada por Clive Owen (que trabajó en películas independientes como "Garchas y Garchitos", "Superofertón" y la película épica "Pica pica que te pica, racista bufarreta", que cuenta la historia de un soldado nazi que viaja en el tiempo y cae en Francia en la época de la peste bubónica) y la supersexy actriz italiana Mónica Bellucci (protagonista de films como "Il pene pazzo", "La Sexuale Explotione I, II, III; IV, V y VI" y la ganadora de varios premios europeos, por mejor iluminación: "Me quedé sin crayones en la cartuchera").
Como estuve en cana, me perdí la avant premiére, así que me la alquilé en DVD para mirarla tranquilo en casa. Llegué del videoclub, me lavé las manos (me quedó un poco de sangre en los puños porque el vendedor me quiso cobrar 6 pesos) y me tiré en mi sofá preferido dispuesto a disfrutar de hora y media del mejor cine. Pero en mi casa no se puede disfrutar de nada. Apenas nomás puse las patas en la mesita ratona, que se vienen los chicos y se me acomodan al lado en el sofá y viene mi mujer que pregunta ¿Alquilaste una peli? "¡No, me puse un criadero de nutrias!", le grité al tiempo que la amenazaba con una patada voladora. Yo sé que no tengo que pegarle (eso podría agravar aún más su problema de entendimiento), pero la verdad es que a veces me cuesta contenerme. A veces me pregunto si no seré un poco intolerante. Arrepentido, la agarré de los pelos y la senté en el sillón. "Esta te va a gustar, es con Clive Owen, el que hizo Niños del Hombre, que a vos te gustó tanto", le dije como para meter un clima de cordialidad, pero como siempre, ella tiene que irse de boca. "¿Clive Owen? –preguntó- Ay, que papurri, me babeo toda, me pongo toda hot, como me gustaría encontrármelo en un ascensor a Clive Owen. Chicos, ¿quieren que mami haga el amor con Clive Owen?". Ahí sí, no aguanté más, agarré la bandeja donde tenía los palitos y los maníes, la puse en el piso, y girando 90 grados a la derecha, le arremangué un rodillazo a la altura de la faringe. Después, salí corriendo a la cocina a buscar la garrafa del calentador para partírsela en la cabeza, pero ya me había visto el oficial de libertad condicional y la policía llegó antes de que empiece la peli, así que no la pude ver. Pero los chicos se quedaron a verla y me mandaron una carta a la cárcel donde dicen que los efectos están buenos, aunque les dio la impresión que la Bellucci finge los orgasmos (foto). Conclusión, da para alquilarla, por la mina nomás.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ahh por el amor de dios que manera de cagarme de risa