04 septiembre 2008

DOS SIMPLES TÉCNICAS PARA OBTENER DINERO

Durante mis flamantes 27 años, la mala administración, la desatención de la realidad y principalmente las bebidas de corte espirituoso, me han empujado a la desidia financiera y obligado a sobrellevar penurias económicas de todo tipo y color, desde el estimulante “Alerta amarillo, es jueves y todavía no conseguí plata para el sábado”, hasta el inquietante “Vendamos todo y rajemos de acá, que nos busca la mafia rusa”.
Es así que he comprendido mucho del universo mercantil, sus dimes y diretes, sus idas y vueltas, sus chichas y limonadas, en fin, su cosmología. Eso y un pensamiento elíptico entrenado en la psicología colectiva, me han llevado a desarrollar algunas técnicas para obtener dinero rápido, sin por ello perder mi dignidad karmática y espiritual cediendo al impulso fácil de buscar un trabajo.
Obviamente, aclaro que no estoy haciendo apología de la estafa, sino compartiendo experiencias de vida que buenos dividendos me han otorgado. Si luego, alguna cabeza podrida usa este material con fines fraudulentos, que la justicia caiga sobre ellos y que se pudran en una cárcel tailandesa, sucios bastardos inescrupulosos.

Timo Nº 1
La gran canina
Esta es una de mis preferidas y si bien es cierto que es muy difícil de implementar, una vez que se ha logrado perfeccionar es un método seguro y eficaz para obtener dinero rápido.
El procedimiento se basa en la domesticación del perro. Para ello lo primero que hay que hacer es conseguir un perro, que tiene que ser, por lo menos, muy inteligente, ya que con paciencia se le enseñará a hablar y a dirigirse a distintos comercios a pedir dinero en nombre de su dueño.
La idea es enseñarle la siguiente frase: “Hola loco, soy el perro de ..... , y dijo si le prestas 200 pesos que el después pasa y arregla con vos. Si, sí, dámelos a mí que yo se los alcanzo, me estoy yendo para la cucha”. El kiosquero, maravillado ante un perro parlante, no tendrá inconvenientes en depositar la suma solicitada. De esta manera el perro recibe el dinero y lo entrega en el hogar.
Debe tenerse en cuenta aquí que debe existir un vínculo de estrecha confianza entre el dueño y el perro, para que el can no se gaste el dinero en Dogui o arme una joda de disfraces en la perrera. También debe reconocerse el esfuerzo del perro, y darle por lo menos 15 pesos para que vaya a la carnicería y se compre marucha.
Más tarde, para cerrar la estratagema, uno se dirige al comercio y allí seguramente el comerciante reclamará justamente su dinero. Ahí es cuando uno saca a relucir sus dotes histriónicos y responde: “¡¿Pero vos estás limado?! ¡¿Cómo mi perro va a hablar y encima a pedirte guita?! Dame unas criollitas haceme el favor...”.
El kisoquero, trastornado ante la evidencia, no dirá nada y uno así se embolsa 200 mangos.

Timo Nº 2
El gordo motoneta
Este es un ardid que requiere poca preparación. En primer lugar, se consigue en internet o en una revista, una foto de una persona obesa, con la mayor cara de abatimiento posible y que guarde, aunque sea lejanamente, un parecido facial con uno mismo.
Luego, uno se sienta con la foto en la mano en el banco de alguna plaza y espera al pichón, el cual debe responder a la topografía del “gordito pelotudo” que siempre fue al arco.
Una vez ubicado el blanco del pillaje, lo seguimos y lo abordamos con la siguiente monserga: “Gordo, yo sufrí lo que sufrís vos, el flagelo de la carne terrenal que se trastorna a nivel gravitatorio y de la grasa que entorpece el rítmico andar de quien fuera un antílope urbano, yo sufrí la angustia punzante del hambre presidiario y el temor sensato de un día despertar y darme cuenta que durante la noche me comí a mi familia”.
Así increpado, el barrigón se perturbará humanamente demostrándolo físicamente con la caída de su barbilla y abriendo levemente la boca. Hay que estar muy atentos, porque ese es el momento de recoger el hilo en el carretel. Así que con un hábil movimiento le mostramos la foto del gordo que llevamos con nosotros y le decimos: “Mirá gordo, yo era esta bola de fraile hace 8 meses atrás, pero afortunadamente, me contacté con la Trasndermal Co. y me vendieron un parche con hormonas de tiburón, que me ayuda a bajar de peso gradualmente, dándome todos los beneficios físicos de este escualo y ninguna de sus desventajas. Bajé 58 kilos en 6 meses, y no hice nada, más que llevar el parche puesto. ¡Es fenomenal! Así que me dije, “loco tenemos que ayudar a nuestra gente” y ahora vendo los parches de la Transdermal Co. y encima colaboro con la ecología, ya que la empresa tiene acorazados que hunden a los balleneros japoneses y a los barcos que transportan petróleo. Así que porque conozco tu pesar y se que querés salvar a las ballenas, te vendo este parche. Serían 200 pesitos o lo que tengas encima, que tampoco te voy a andar exigiendo, que yo sufrí lo mismo que vos”.
De esta manera, el gordo, entorpecido por la cháchara y saboreando la ilusión de bajar unos kilos sin rendirse a los productos light, abonará la suma solicitada y probablemente, nos regalará un abrazo sudoroso, que hemos de aceptar honradamente.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Ahhhhhhh!!!!!!

Anónimo dijo...

jajaja, muy bueno. lo peor de todo es que este culiado lo habrá intentado hacer de verdad.

Anónimo dijo...

Debo decir que de lo poco que conozco del Sr. Miguel lo que dice Sebas es probablemente un 99.99% certero. Cambiando de tema lo del perro no está nada mal, nada mejor que otro haga el trabajo sucio por nosotros, pero lleva tiempo y yo suelo tener poca paciencia; el 2do. ardid, el cual lucrar con el sufrimiento y la angustia ajena habitualmente deja grandes sumas de dinero, si no me creen hagan alguna investigación de prepagas o servicios fúnebres y luego charlamos, tiene un solo peligro, que se topen con un/a gordo/a que sea como yo que le importe un carajo el sobrepeso y mucho menos que los que caminan detras nuestro no puedan ver el resto de la vereda o el horizonte gracias al tamaño de nuestro culo, fuera de esa circunstancia poco probable de encontrar, porque los gordos padecemos de los más variados y oscuros complejos, la idea está muy buena, pero te dejo esto para la reflexión: hoy como hace siglos uno de los motores del mundo es el sexo, sin sexo no habría humanidad,hoy como hace mucho sigue vigente eso de que dos pelos de concha tiran mas que una yunta de bueyes, entonces teniendo hoy el baile del caño en horario poco prudente para menores el sexo hasta mide raiting, con lo cual tambien el raiting se mide en dinero ¿cuál sería la forma más rápida de hacer dinero con o sin participación directa? la respuesta en el próximo posteo
Cordialmente "la" Gaby

mig dijo...

Dos cuestiones:
A) Yo nunca intenté enseñarle a hablar a mi perro. El joven Pampa habla solo de nacimiento porque yo le leía poemas de Whitman cuando estaba en la panza de la mamá y pide plata solito y se la guarda él, así que no me pueden involucrar a mí si mi perro estafó a algún kioskero.

B)Lo de gaby es sencillamente maravilloso. Con una clarividencia avasallante dijo: "el lucro está en la debilidad de la carne", tal como lo pronunció Moisés, allá cuando cruzaba el desierto, y le cobraron una agachada por una pata de cordero asado.
Por eso coincido plenamente con gaby y además, me decolaro abiertamente a favor de la prostitución, en todos sus géneros: masculina, femenina y travesaño. Prostituirse es un derecho que tenemos todos.